Conflicto en la Uocra de Paraná: instigadores y socios de una jornada violenta
El conflicto y la violenta usurpación de la sede de la Uocra en el centro de Paraná el pasado viernes dejó entrever no sólo una problemática gremial, sino el accionar conjunto entre personajes pesados del ambiente sindical de la construcción de la ciudad de Santa Fe con sus conexiones en Paraná. La Fiscalía avanzará en imputar a los 32 identificados por la toma del lugar y los daños ocasionados, así como al presunto instigador detrás del suceso, el santafesino Emanuel Araya. Entre los autores de la agresión y los daños, se encuentran nombres relacionados al narcotráfico, así como perejiles reclutados para la “protesta” a cambio de unos pesos.
El grupo de manifestantes primero interrumpió el tránsito en calle Andrés Pazos, entre Corrientes y San Juan, en plena mañana del viernes. Luego rompieron las aberturas de la casa central de la Uocra y forzaron el portón. La intervención policial en el lugar exacerbó sus ánimos, se envalentonaron e ingresaron provocando más daños. A uno de los hombres que trabaja allí, Abel Mendoza, lo golpearon y echaron del lugar.
A lo largo de cuatro horas, aproximadamente, se extendieron las negociaciones entre la Policía y los ocupas para desalojar la sede gremial. Estuvieron a cargo del jefe de la fuerza provincial, Claudio González, un especialista con acreditada experiencia en mediación en este tipo de conflictos. Llegaron al acuerdo de que nadie quedaría detenido, pero sí todos identificados, y luego la Fiscalía los citaría a declarar a cada uno para las correspondientes imputaciones.
El personal de Criminalística realizó el relevamiento de los daños ocasionados por los usurpadores en la casa de importantes dimensiones donde funciona la Uocra. Encontró una mochila con dos pistolas calibre 9 milímetros: una no tenía cargador y la otra estaba completa, hasta con una bala en la recámara, lista para gatillar. Es decir, los violentos estaban dispuestos a cualquier cosa y, si había resistencia de los integrantes del sindicato o un enfrentamiento con la Policía, la situación podría haber terminado en una tragedia sin precedentes en Paraná.
Cuestión de Fondo pudo saber qué surgió del registro inicial de las dos armas secuestradas: una tenía la numeración limada, por lo cual, por ahora, se desconoce su titular, salvo que de un revenido químico se pueda recuperar la información; la otra es una pistola semiautomática FM Hi Power que, según el registro de Anmac, se encuentra a nombre del usuario colectivo Administración de Parques Nacionales. Este organismo radicó la denuncia por su robo o extravío y cuenta con pedido de secuestro desde el 24 de febrero de 2016.
Un pesado de la construcción
La carátula del legajo A-0444/24 en la Fiscalía lleva el nombre de Emanuel David Araya, considerado el principal instigador detrás de lo ocurrido el viernes. Se trata de un santafesino que fue integrante y titular de la Uocra de la vecina capital provincial hace más de 10 años y que supo protagonizar hechos similares en aquella ciudad, además de haber tenido acusaciones por graves delitos, como intento de homicidio y lavado de activos.
Su territorio de poder es el barrio Alto Verde, donde reunieron a varias personas para viajar a Paraná con motivo del apriete y la usurpación en la sede sindical.
En mayo de 2013 ocurrió un episodio muy similar en pleno centro de Santa Fe, a una cuadra de la peatonal: una patota intentó ingresar por la fuerza al local de la Uocra ante una supuesta intervención desde Buenos Aires para que Berón de Astrada quede como “normalizador”, con los hermanos Araya que estuvieron detrás organizando los hechos de violencia. En ese hecho también estuvo uno de los santafesinos que actuó en la usurpación en Paraná: Juan Manuel Camaño, dueño de una carnicería en Alto Verde, quien reclutó a otros para ir a Paraná.
En aquel año, los enfrentamientos entre facciones de la Uocra tuvieron el episodio más sensible que conmocionó a toda la sociedad santafesina: el 29 de noviembre, un tiroteo en el puente que une la costanera este de Santa Fe con el distrito de Alto Verde. Una bala recorrió metros y e impactó en la cabeza de una niña que estaba en el Club Regatas y le provocó la muerte.
Cabe recordar que había camionetas estacionadas frente a la Uocra, utilizadas por los violentos que llegaron al lugar. Una es una Ford Ranger a nombre Emanuel Araya. Otra es una Toyota Hilux blanca, cuyo titular es el sindicato de Dragados y Balizamiento de Santa Fe, el cual evidentemente prestó recursos para la movida de Araya. También había una VW Amarok radicada en Paraná, a nombre de Rodrigo Guillermo Cristo, con autorización para conducir de Brian Exequiel Ramírez. Había otra Ford Ranger radicada en Córdoba, de un tal Andrés Domínguez.
Identificados e imputados
En la lista de 32 identificados llama la atención la presencia de Renzo Bertana, de 27 años, hijo (hijastro) de Daniel “Tavi” Celis, condenado por narcotráfico en la causa Narcomunicipio. En aquella causa, el joven estuvo preso dos años y fue absuelto por falta de pruebas, ni siquiera fue acusado por la Fiscalía. En los videos que circularon por WhatsApp grabado por los integrantes del grupo que usurpó la Uocra, se lo ve como uno de los más activos. Cabe recordar que hace un par de meses, el muchacho fue denunciado por amenazas con arma de fuego por violencia de género y en el allanamiento a su domicilio en Segundo Sombra y República de Siria la Policía halló un kilo y medio de marihuana.
También aparece otra persona, Enrique Ramírez, con su mismo domicilio, y otros vecinos de la zona de los barrios Balbi, Antártida Argentina y Mosconi. También hay algunos de los barrios Anacleto Medina, Gaucho Rivero, Padre Kolbe, Bajada Grande, Concejo, San Agustín y Lomas del Mirador.
Los paranaenses eran: Leonardo Exequiel Leguizamón (34), Enrique Fabian Ramírez (30), Renzo Bertana (27), Misael Mauricio (25), Román Elías Querido (24), Juan Gabriel Mora (22), Franco Maximiliano Pérez (33), Martin Nahuel Salcedo (24), Fabricio Sebastian Noro (34), Ramiro Patricio Andino (22), Samuel Bernabé Saavedra (34), Abel Gustavo Ferreyra (38), Elías Alejandro Sosa (48), Emanuel Alejandro Barrios (31), Rodrigo Alejandro Barrios (23), Fernando Uriel Duarte (33), Hugo Alberto Reding (49), Jorge Alejandro Alegre (49), Leandro Juan José Paniagua (23), Mario Ignacio Rivera (45), Cristian Luis Álvarez (28), Alexis Damián Andino (38), Juan José Romero (37), Héctor Heraldo Beeuwsaert (40) y José Luis Arredondo (32). También había un adolescente de 16 años.
En el repaso por cada uno de ellos, se evidencia que los organizadores de la usurpación no reunieron a obreros de la construcción con reclamos sindicales contra las actuales autoridades. Mas bien, buscaron a personas dispuestas a ir a “hacer el aguante” en la ocupación. Hay algunos con condenas por violencia de género o robos, otros con problemas de adicciones.
Según pudo saber Cuestión de Fondo de una fuente cercana, buscaron también cuidacoches a los que les ofrecían 50.000 pesos para ir a la manifestación en calle Andrés Pazos. Pero varios de ellos querían devolver la plata cuando vieron que había que irrumpir y ocupar el lugar.
Además, del total había siete oriundos de Alto Verde (Santa Fe): Juan Manuel Camaño, de 42 años, Ricardo Andrés Ponte, de 46, y cuatro parientes de apellido Almada, de 19, 36 y 44 años; y uno de Santo Tomé: Claudio Andrés Menotti, de 40 años.
La Justicia intenta dilucidar quién estuvo detrás de la organización del grupo que prestó servicio a las intenciones de Araya, dirigente de la usurpación. Si bien el hijo de Celis y algunos de sus allegados aparecen allí, por ahora ni cuenta la Fiscalía con alguna evidencia firme respecto del condenado por narcotráfico. Aunque sí tienen en cuenta la imputación en aquella causa federal, donde se remarcó que Celis proveía drogas a grupos de Paraná y de Santa Fe, concretamente del barrio Alto Verde. Por ahora, son cabos sueltos.
Las disputas en el contexto de la parálisis de la obra pública
¿Cuál era el objetivo de Araya en la irrupción violenta del sindicato? Es la pregunta que muchos se hicieron esa misma tarde. ¿Imaginaban que iban a desbancar a la Comisión Directiva y hacerse cargo del gremio, de facto, como si fuera el asalto al Palacio de Invierno? ¿Buscaban presionar para luego negociar y obtener alguna cuota de poder?
Como se ha dicho, los Araya (porque son dos hermanos los que vienen protagonizando estos actos delictivos) tienen antecedentes por hechos similares en Santa Fe y en Rosario. En la capital santafesina hay otros dos gremios de la construcción aparte de la Uocra, resultado de la disputa histórica en torno a los grandes negocios que hay en el ámbito de la construcción y la presiones sobre qué grupo se queda con tal o cual obra. Y los tiroteos entre cada bando son frecuentes.
En Paraná esto no se veía desde hace unos años, cuando un grupo liderado por el hermano de “Petaco” Barrientos irrumpió de manera similar a la del viernes pasado. Pero había sido algo aislado. “El Nene” Barrientos, ahora, está dedicado al trabajo social en su barrio, donde es presidente de la comisión vecinal y sostiene el comedor comunitario o copa de leche del Paraná XIV.
Según las fuentes consultadas, el contexto de la crisis de la construcción, particularmente la parálisis de la obra pública no puede estar ajeno al análisis de lo ocurrido. En Entre Ríos, se perdieron 5.000 puestos de trabajo. Entonces, la manta es muy corta para este rubro. Algunos creen que Araya observó cierta debilidad en la Uocra de Paraná y llegó para golpear y posicionarse. Aunque el resultado, de momento, no fue el esperado.
No es una novedad, además, que personajes vinculados al narcotráfico busquen lugares de poder, particularmente sindicatos como la Uocra, para obtener beneficios, no sólo logísticos para el negocio de distribución y venta, sino para el lavado de dinero. Algo de lo que muy pocas veces se habla.
PUBLICO: ANALISIS DIGITAL