«La pipa»: la droga de los pobres que hace estragos

Daniel Zacarías, cantante de tangos, trabajador del Servicio de Infectología del Hospital San Martín, escribió un mensaje urgente, doloroso: sobre la muerte de su hijo “putativo”, Jesús, 25 años, y su muerte envuelta por el consumo de drogas.
“Hoy es uno de los días más tristes que ha tocado vivir. Me tocó a mí, pero en el último tiempo, acá, en Paraná, han sido muchas las familias que pasaron por lo mismo. Jesús terminó en 10 meses con su vida y es otra víctima más de la famosa `pipa`, eso que es quemar base con bicarbonato. Y que se consume en todos los barrios de la ciudad. Eso que hacen que roben, vendan todo lo que tienen y más. Todo por conseguir y permanecer en esa euforia que dura minutos y volver a `pipar` y salir a comprar, hasta la fisura. Y en un momento, llega realidad, la depresión, la decepción con uno mismo, por no poder salir. Jesús, se ahorcó, y esa es la forma con la que deciden terminar, parece”.
La “pipa” o el “pipazo” es lo que en Buenos Aires se conoció como “paco”. No se trata del conocido “polvo blanco” o cocaína en su estado “puro”, sino que es su ingrediente principal (clorhidrato de cocaína) “cortado” con otros componentes. “No es un residuo, sino un precursor del clorhidrato de cocaína mezclado con permanganato de potasio (químico que se usa como desinfectante), bicarbonato de sodio, querosén, tíner, ácido sulfúrico y otros tipos de hidrocarburos”, describió la jefa de Toxicología de Hospital de Urgencias de Córdoba, Andrea Vilkelis, en un informe que publicó en febrero último el diario La Voz.
El nombre refiere a la forma de consumo: el uso de una pipa artesanal elaborada con un pedazo de metal, de caño o con tubitos de lapiceras. También se puede fumar con bombas de agua o con narguiles, pero esto no es lo habitual ya que se trata de un consumo precario de la cocaína.
Daniel Zacarías no pudo ayudar a Jesús, no pudo alejarlo de la “pipa”, no consiguió que lo ayudasen. “Me pidió ayuda”, lamentó pero no encontró un lugar que lo ayudara a salir de las adiciones.
De eso habló con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7: “Estoy tratando de sobrellevar esto, cansado de buscar ayuda y de encontrar las situaciones muy difíciles en toda la ciudad, en todos los barrios. Lamentablemente la `pipa` es muy común en todos lados. Fuman residuos de cocaína con bicarbonato, que sabemos que lleva a una adicción impresionante, de la que no pueden escapar. Los chicos venden todo, hasta las garrafas de la casa de sus padres para poder seguir consumiendo y después terminan en una depresión y al final con su vida. A Jesús le pasó eso”,
Buscó ayuda. No consiguió ayuda. “Yo trabajo en el Programa Provincial de Sida y veo que no se hace trabajo de prevención en nada, menos en el tema de las drogas. Con Jesús, busqué ayuda en todos lados. Solamente hay lugares para tratamiento ambulatorio. Si queres internación, te cobran 1 millón más 700 mil pesos mensuales. Nadie puede pagar eso. Son chicos de familias humildes. Lo que le pasó a Jesús le pasa a otros chicos: acceder fácilmente al consumo. A mí me resulta todo muy difícil entender, a pesar de que he trabajado muchos años sobre la temática. Pero no hay campañas, nada. Yo trabajo en Infectología en el Hospital San Martín. Vemos casos de sífilis durante toda la semana, en chicos y en adolescentes. Todas las semanas tenemos tres, cuatro, cinco pacientes. O tienen VIH. Y no se ve una campaña de nada. Los chicos están a la deriva”, contó.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora