Va a prisión por robar para drogarse, habló del consumo y dejó fuerte mensaje: “destruís tu familia”

Fue condenado a prisión y dio un fuerte mensaje contra las drogas. Ángel Retamar, de 32 años, recibió una pena de seis meses de prisión efectiva en la Unidad Penal Nº1 de Paraná tras admitir su responsabilidad en dos hechos delictivos ocurridos este año en la capital entrerriana.
La condena fue confirmada por el programa Códigos, emitido por Elonce y conducido por el periodista Mauricio Anttematten, donde el joven aceptó dialogar después del fallo judicial y reflexionó sobre su historia marcada por el consumo problemático.
Según se informó, el primer hecho tuvo lugar cuando Retamar sustrajo un farol que estaba amurado a la pared de un gimnasio, junto con cables que formaban parte de la instalación eléctrica. Minutos después, fue detenido por la Policía. El segundo episodio ocurrió en agosto, cuando rompió la vidriera de un local comercial de Paraná, ingresó al comercio y robó 50.000 pesos. Ambos ilícitos fueron reconocidos por el propio acusado.

“Hice las cosas desbordado por el consumo”
Tras recibir la condena, Retamar habló ante las cámaras y se mostró arrepentido por su conducta. Explicó que su vínculo con las drogas comenzó en la adolescencia y que ese consumo marcó profundamente su vida, su entorno familiar y las decisiones que lo llevaron a cometer delitos.
“Hay muchas cuestiones que yo no elegí, las hice desbordado por el consumo, pero ahora enfrento lo que me pasa, son las consecuencias que te toca”, indicó.
En su testimonio, describió cómo la adicción condiciona la conducta y empuja hacia situaciones límite: “Caés en el delito por la inercia y la compulsión de querer conseguir para volver a consumir, y cuando te das cuenta, estás de vuelta en el mismo lugar o en un lugar peor”.

El joven recordó también el impacto que el consumo tuvo en su familia. “A mi madre le dio un ACV de tanto renegar con nosotros y el consumo, de tantas instituciones por las que pasamos. Mi hermano mayor falleció en Salta, fumando pasta base en situación de calle, falleció en la calle y yo que ahora terminé preso”, lamentó.
Una vida atravesada por la calle y la institucionalización
Retamar contó que comenzó a consumir a los 15 años, tras dejar la escuela. Su infancia y adolescencia estuvieron marcadas por la institucionalización en hogares e institutos de Paraná.
“Yo me crié institucionalizado, en los hogares de Paraná y en institutos, pero terminé abandonando todo”, relató.
Intentó en diversas oportunidades salir de la calle, pero reconoció que no pudo hacerlo sin acompañamiento: “Siempre trataba de salir de la calle y solo no se puede, pero siempre me costó”.

Esta condena es la segunda que enfrenta por robo. “En la primera ocasión estuve un año, y ahora son seis meses, por querer robar un farolito y por meter la mano donde no la tenés que hacer”, dijo.
“No pensás en nada, solo en la satisfacción que te va a dar cuando consumís”
Consultado sobre lo que piensa alguien en el momento de cometer un delito, fue categórico: “No pensás en nada, pensás en la satisfacción que te va a dar cuando consumís y nada más”.
Asimismo, repasó cómo se inició en las drogas: “Empecé a los 15 años, en el boliche y en las juntadas, saliendo a bailar”, relató a Elonce.
Ante la consulta de Anttematten, dejó un mensaje dirigido directamente a los jóvenes: “Les diría que no prueben, porque después vas a necesitar otra droga para equiparar la que estás consumiendo, y después alcohol y cigarrillo. Entonces, cuando querés dejar la droga, tenés que dejar un cóctel de consumo que no se puede parar”.

Medicación, secuelas y un futuro incierto
Su presente también está atravesado por un tratamiento médico complejo. “Tengo que tomar como 45 pastillas cada dos semanas. Te levantás y no te acordás nada”, contó.
Explicó que la lucha diaria contra la adicción dificulta cualquier proyecto: “Todos los días tenés que pelear contra la droga y tampoco podés pensar a futuro, ni en un trabajo, porque nadie quiere tomar a alguien medicado por consumo”, expresó.
“Agradezco que me queda parte de mi familia”
En el cierre de su testimonio, Retamar dejó una reflexión cargada de dolor, pero también de reconocimiento hacia quienes aún lo acompañan:
“Con la droga no te destruís vos solo, destruís a tu familia y a todo tu entorno. Yo agradezco que me queda parte de mi familia que me sigue apoyando y cree en que pueda salir adelante”, concluyó.




