Lo que ahora se actualiza es el monto de los impuestos a los combustibles que corresponde por la inflación del primer y segundo trimestre de 2021, que acumuló 25,3% en aquella ya lejana primera mitad del año pasado. El mismo decreto establece que a partir del 1 de enero de 2023 se trasladará la evolución de los precios del segundo semestre de 2021 y todo 2022.
Según un informe de la consultora Energy Consilium, las naftas treparían en todo el país (excepto la Patagonia, liberada de este tributo) al menos $ 4,90 por litro, mientras que el diésel tendría un alza de $ 3,30 en esta ocasión.
Esto sucederá si las refinadoras como YPF, PAE – Axion, Raízen – Shell y Trafigura – Puma Energy deciden no absorber el incremento de sus costos.
Pero, además, en el mercado apuntan que los precios de los combustibles “vienen retrasados” frente a la inflación.
Un ejecutivo de una refinadora apuntó que el objetivo de máxima es conseguir la autorización del Gobierno para aumentar un 14% por encima del alza de impuestos.
Otras fuentes plantean recomponer sus ingresos en menor medida, aunque eso va a sumarse a la actualización de impuestos y totalizaría en torno a un 10%.