Se dice que el fútbol “es lo más importante de lo menos importante”, y a pesar de que este sábado 15 en La Plata se jugaba un partido trascendental entre Estudiantes e Independiente por la Copa de la Liga, el protagonista del día en el Rojo fue Julio César Falcioni, el DT del equipo. A cuatro días de la muerte de su esposa, el Emperador juntó fuerzas y viajó junto al plantel para estar en el banco de suplentes.
El Pincha y los de Avellaneda, dos gigantes del fútbol argentino, están a solo tres partidos de volver a ser campeones en el plano local después de muchísimo tiempo: 15 años unos y 19 los otros. Por eso, el duelo (que recuerda las viejas épocas coperas), anunciaba una final de pesos pesados, con un resultado cerrado y mucha entrega.
Pero fuera de la cancha se jugaba a otra cosa. A Independiente le tocó vivir una semana durísima tras la muerte de Ada, la esposa del DT y madre de sus dos hijas, su compañera desde hace 46 años. Fue el triste desenlace de una etapa angustiante para el entrenador, en la que primero sufrió coronavirus y luego tuvo que estar cerca del delicado estado de salud de su señora.
El viernes 14, luego de despedir los restos de su esposa, Falcioni se expresó en las redes para agradecer, en nombre de su familia, la catarata de mensajes que recibió en los últimos días. Y desde la interna de Independiente avisaban: “Está muy golpeado anímicamente pero con fuerza, depende cómo se levante mañana va a acompañar al plantel, lo decide él por supuesto”, explicaban.
“Esto nos da vida”, le dijo el Pelusa a su homónimo Diego Maradona en la previa de un partido entre Banfield y Gimnasia de noviembre de 2019, en un abrazo conmovedor que se viralizó en las redes.
Y este sábado, Falcioni pareció recordar aquellas palabras porque se subió al micro de sus jugadores y apareció en el estadio de Estudiantes para buscar un lugar entre los 4 mejores del torneo. “La charla táctica previa al partido fue muy emotiva, hubo mucha emoción, especialmente de los chicos más jóvenes”, contaron los cronistas que cubren la actualidad del club.
Las primeras lágrimas de Julio se dieron antes de que el referí pitara el comienzo del partido. Su amigo, el Ruso Zielinski, rompió todas las cábalas y se acercó a saludar a su colega: allí Falcioni terminó de quebrarse. Luego, fueron varios los jugadores que se acercaron a saludarlo, incluido los árbitros del encuentro.
Pero la emoción grande estuvo sobre el final del partido, de trámite luchado, que se terminó definiendo por penales. Sosa fue el héroe de la jornada al atajar dos penales y darle el triunfo en bandeja a sus compañeros. Pero el gran protagonista fue siempre Julio César. De ahí que las cámaras lo apuntaran rápidamente cuando se definió el resultado y el Rojo pasó a las semis.
El DT se abrazó con sus colaboradores, apuntó al cielo en homenaje a su esposa y se permitió soltar unas cuantas lágrimas que sirvieron para aliviar tensiones tras un partido con mucho nerviosismo pero especialmente después de la semana más difícil de su vida.
