«Soy inocente; a Juli la amaba con el alma. Tengo la conciencia tranquila de que yo nunca le habría hecho daño. Eso es todo».
De ese ese modo, Jorge Julián Christe se defendió de la acusación por el femidio de su pareja, Julieta Riera, ocurrido el 30 de abril de 2020, arrojándola por el balcón del 8° piso del edificio del Instituto del Seguro ubicado en Peatonal San Martín, frente a Plaza de Mayo. Fue en el cierre del juicio por jurados, y antes de que el jurado popular pase a deliberar para dar su veredicto por culpabilidad o inocencia.
Antes, ocurrieron los alegatos de las partes.
«A través del veredicto de culpabilidad, que ya pedimos, podrán reparar algo, podrán traer un poco de paz a la familia de Julieta, que está devastada. Podrán traer un poco de justicia para la sociedad», cerró el fiscal Ignacio Aramberri el alegato de clausura en el juicio por jurados que se siguió a Jorge Julián Christe, imputado por el femicidio de Julieta Riera, ocurrido en la madrugada del 30 de abril de 2020.
La acusación fiscal sostiene que el jueves 30 de abril de 2020, entre las 2,30 y las 2,50, Jorge Julián Christe, 31 años, de ocupación piloto de avión, sin trabajo estable, asesinó a María Julieta Riera, 24 años, con quien convivía en un departamento del octavo piso del edificio de Peatonal San Martín 918 en una relación caracterizada por “la violencia de género, habiéndola sometido a maltrato físico, agresiones sexuales, daños a la propiedad y agresiones psicológicas ”.
«Christe quiso matar a Julieta con intención. La tiró desde un 8° piso. Nadie sobrevive a una caída así, menos inconciente, como estaba Julieta. Christe estaba lúcido y conciente de lo que hacía. Se preocupó por arrojar por el balcón droga que tenía en un tarro», agregó. «Jorge Christe es un violento de manual», aseguró el fiscal. «Fue violento con Julieta. Julieta aceptó esa violencia. Estaba envuelta en la telaraña, en la telaraña que había construido el imputado. Christe ejercía manipulación psicológica».
La querellante Corina Beisel pidió al jurado popular que dejen a un lado los prejuicios y analicen el caso con perspectiva de género. «Les pido que dicten un veredicto de culpabilidad», cerró.
El juicio se desarrolló entre el jueves 8 y este jueves 15, cuando se desarrollaron los alegatos de clausura. La causa se caratuló “Christe, Jorge Julián s/ Homicidio agravado por el vínculo, alevosía y por haber sido perpetrado mediando violencia de género”. El caso quedó en manos de un jurado popular de 12 miembros, y con el juez Elvio Garzón como magistrado técnico que guía el proceso. En representación del Ministerio Público Fiscal actúan los fiscales Patricia Yedro e Ignacio Aramberry, por la querella particular, Corina Beisel, y en la defensa de Christe, Ladislao Uzín Olleros y Franco Azziani Cánepa.
El caso
El jueves 30 de abril de 2020, entre las 2,30 y las 2,50, Jorge Julián Christe, 31 años, de ocupación piloto de avión, sin trabajo estable, hijo de Jorge Luis Christe, jubilado, y de la exjueza Ana María Stagnaro, asesinó a María Julieta Riera, 24 años, con quien convivía en un departamento del octavo piso del edificio de Peatonal San Martín 918 en una relación caracterizada por “la violencia de género, habiéndola sometido a maltrato físico, agresiones sexuales, daños a la propiedad y agresiones psicológicas”.
El relato forma parte de la imputación fiscal en un caso que logró conmover a la opinión pública. El fiscal de la causa, Ignacio Aramberry, le imputó a Christe el delito de “Homicidio triplemente agravado por el vínculo, alevosía y violencia de género”. Y destacó un hecho particular: el hombre, luego de dar muerte a Julieta Riera se dirigió, dizque en moto, hasta la Jefatura Central de Policía, en el Centro Cívico, para denunciar la muerte de su pareja en un “accidente”. No obstante, Christe, luego de haber formulado esa denuncia sobre la muerte de Julieta, fue revisado por médicos que determinaron que en su cuerpo tenía signos de haber mantenido una lucha física.
Basándose en los informes forenses, la Fiscalía aseveró que para producir la muerte de Riera, Christe agredió físicamente a su pareja “y le comprimió manualmente el cuello hasta dejarla en estado de inconsciencia. Aprovechando ese estado, y sin ningún riesgo para sí, la arrojó con vida desde el balcón del departamento 5°, del octavo piso, del edificio de calle San Martín Nº 918 de esta ciudad, desde 19,38 metros de altura, produciéndose la muerte (…) producto de las graves lesiones sufridas al impactar su cuerpo sobre el techo de una habitación ubicada en la planta baja de la edificación lindante”.
“Las lesiones que Christe le ocasionó a Riera antes de lanzarla viva –señala el informe forense- fueron las siguientes: hemorragia subconjuntival en ojo derecho; cuatro lesiones lineales de 0.5 cms cada una compatibles con estigmas ungueales en región lateral derecha de la pirámide nasal; equimosis en región interna del labio superior y labio inferior; lesiones equimóticas lineales de 0.5 cms. agrupadas en región anterior derecha del cuello (en número de 5) compatibles con estigmas unguelaes; hematoma de forma circular en cara lateral del hombro derecho de 5 ½ de diámetro; hematoma circular con excoriación lineal central de 3 cms. en cara anterior de brazo izquierdo; cuatro hematomas redondeados de 1 cms de diámetro en cara anterior del antebrazo derecho; cuatro hematomas circulares de 1 cms de diámetro en cara anterior de antebrazo derecho dos heridas tipo excoriativas de 2 y 4 cms. de diámetro; hematoma lineal de 5 cms en región interna de la muñeca derecha; excoriación en región iliaca izquierda de 4 cms de diámetro; hematoma en región inguinal izquierda de 4 ½ cms. ; excoriación lineal de 4 ½ cms en cara anterior de muslo izquierdo; excoriación circular de 2 cms de diámetro en cara anterior de la rodilla izquierda; hematoma en cara anterior de muslo y rodilla izquierda; hematoma circular de 1 cms. de diámetro en raíz de la cara anterior del muslo derecho; hematoma circular de 3 cms. en cara anterior de región anterior del muslo derecho; herida tipo excoriativa de 7 cms de longitud por 3 cms de ancho en cara anterior de la rodilla derecha; herida excoriativa en cara anterior de tobillo derecho de 9 cms de longitud y 2 ½ cms de ancho; infiltración de tejido celular subcutáneo en región anterior derecha del cuello (zona de los estigmas en piel); infiltración hemática en cara lateral de la faringe de 4 cms de longitud. Se concluye que: la existencia al examen de otro mecanismo lesional de menor intensidad que fue el productor de lesiones de menor gravedad y que no son compatibles con la caída desde la altura informada, ya que en el cuerpo existen lesiones como hematomas circulares compatibles con aprensión digital, lesiones lineales pequeñas compatibles con estigmas ungueales, infiltrado de tejidos como en la cara lateral de la laringe compatible con constricción del cuello etc., que presenta signos inequívocos de vitalidad, debiendo interpretarse como anteriores a la precipitación y deceso de la víctima”.
De la cárcel a la casa de la madre
El 2 de mayo de 2020, el juez de Garantías Mauricio Mayer, a pedido del Ministerio Público Fiscal, envió a Christe a la Unidad Penal N° 1 con prisión preventiva ante la posibilidad de que se fugue o de que entorpezca la investigación.
La medida fue por un plazo de 60 días, que se fue prorrogando, hasta que el 2 de septiembre de 2020, y tras la apelación de los defensores de Christe, Ladislao Uzín Olleros y Franco Azziani Cánepa, la camarista María Carolina Castagno acogió favorablemente el pedido para que el hombre pudiera cumplir la prisión preventiva bajo la modalidad de arresto domiciliario.
Entonces, Castagno consideró «arbitraria» la decisión de su colega Mauricio Mayer de ponderar como riesgo procesal la existencia de la posibilidad de que Christe entorpezca la investigación, aunque consideró como válido el peligro de fuga. Pero dijo que esa alternativa podría neutralizarse con aplicación de dispositivos electrónicos de control. El argumento de la jueza se sostuvo en el hecho de que ni Fiscalía ni la querellante Corina Beisel aportaron nuevos elementos de prueba que den cuenta de la existencia de riesgos de entorpecimiento de la investigación.
Le impuso una caución de $500 mil y lo envió a la casa de su madre, la exjueza Ana María Castagno, en San Martín al 300.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora