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Cómo impacta la crisis en la salud mental

Mauro Gieco es licenciado en Comunicación Social, santafesino -nació en Santa Clara de Buenavista- y dirige, desde 2020 el Hospital Escuela de Salud Mental, lo que hasta 2010 fue el Hospital Neuropsiquiátrico Antonio Roballos.

Llegó a ese lugar en 2005 como estudiante recién graduado para aportar sus conocimientos en comunicación y ahí se quedó: en 2017 accedió al cargo de secretario técnico, y ahora, después del zarandeo que provocó en todo el personal de salud la emergencia sanitaria, busca dejar la dirección y volver al cargo de secretario técnico.

Pero no está a disgusto. La pandemia, dijo, fue un aprendizaje y un trabajo que se desarrolló a diario en atención a la emergencia que ocasionó el encierro.

«Al principio fue caótico. Pero después pudimos organizarnos, y fue una etapa de mucho aprendizaje. Se trabajo durante mucho tiempo todo el tiempo. Durante cuatro meses hubo atención en consultorios externos desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Nosotros, como personal des alud, no pudimos realizar el trabajo remoto, teníamos que estar en el lugar. Hubo mucha atención remota a pacientes, pero a otros hubo que recibirlos en la Guardia y garantizar su medicación. Y había que ser muy prolijos en los permisos de circulacion que se otorgaban para retirar medicacion, porque si no se producía una brecha enorme en los tratamientos», dice ahora.

A principios de 2023, Mauro Gieco pidió volver a su antiguo puesto, secretario técnico, porque dice que se cumplió una etapa y porque además la pandemia produjo mucho desgaste en los equipos de conducción.

Ahora que la pandemia se ha superado, la demanda de atención en el Hospital Escuela sigue y crece, y tiene que ver con los efectos de la crisis socioeconómica que se atraviesa y que promete agudizarse.

«La atención ha aumentado en el último tiempo -cuenta Gieco, durante una entrevista con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7-. En 2017, el hospital atendía 170 personas por guardia; hoy, en un mes, atendemos a 400 personas, y en muchos casos se trata de persaonas que llegan por primera vez, ya sea por abandono de tratamiento o porque no pueden pagar en el privado, o porque tiene dificultades para llegar a fin de mes. Eso repercute en la salud mental. Las preocupaciones diarias no tienen que ver con el dólar, sino en cómo llego a fin de mes,  o cómo le doy de comer a los pibes», analiza.

¿Que población acude al hospital?

-Nosotros llevamos la estadística que presentamos a nivel ministerial. Atendemos a mayores de 18 años,  y la población está compuesto en un 60% por mujeres y un 40% por hombres. Y en muchas ocasiones, la atención que se brinda está referida a cuestiones en relación a dificultades de la persona para atravesar la diaria: ansiedad, consumo problemático, padecimientos de tipo esquizofrenia.

 

El exHospital Neuropsiquiátrico Antonio Roballos, ahora Hospital Escuela de salud Mental.

-¿Qué piensan del fenómeno de la automedicación en salud mental?

-Para muchos es más fácil tapar el síntoma, dormir, pasarla bien, y levantarse, y a otros, le parece mejor hablar de lo que sucede. Esto es sumamente individual. Nosotros analizamos cuáles son los consumos en relación a fármacos. Lo cierto es que hemos mejorado en algunas prácticas que tienen que ver con los consultorios de entrega de recetas exprés. El hospital tiene consultorios externos para gente que recibe atención ambulatoria, en psicología, psiquiatria, clínica médica o neurología. No es lo mismo atender 10 personas, 15 minutos a cada una, que tomarse el tiempo de tres horas y poder detenerse para completar historia clínica, y establecer cuál es el vínculo de esa persona con la medicación. Es un trabajo, una batalla que hemos decidido darnos con algunas prácticas que todavía están en el hospital, y que queremos mejorar. De lo que se trata es no solo de garantizar la medicación sino preguntar qué tanto se requiere esa medicación. Somos un centro formador de jóvenes profesionales, si no ponemos en tela de juicio esta práctica de tapar los síntomas en salud mental con medicación y no generar un espacio de escucha, estamos complicados. Las complicaciones de la vida diaria son muchas y van a ser peor, entonces hay que poner atención en esto.

Otro punto sobre el que se trabaja desde el Hospital Escuela es sobre la todavía discutida Ley Nacional N° 26.626 de Salud Mental, a la que adhirió Entre Ríos en 2013 y sobre la que todavía se batalla para su completa aplicación.

«La presente ley tiene por objeto asegurar el derecho a la protección de la salud mental de todas las personas, y el pleno goce de los derechos humanos de aquellas con padecimiento mental que se encuentran en el territorio nacional, reconocidos en los instrumentos internacionales de derechos humanos, con jerarquía constitucional, sin perjuicio de las regulaciones más beneficiosas que para la protección de estos derechos puedan establecer las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires», dice el artículo 1° de esa ley.

 

Mauro Gieco, director del Hospital Escuela de Salud Mental.

La ley, para su completa instrumentación, necesita recursos, aunque Gieco admite las discusiones que hay en torno a esa norma.

Destaca la creación de una casa de medio camino, la única de momento. «Necesitamos más. Actualmente viven 5 personas. Allí se alojan temporariamente a personas. Desde que se abrió esta casa de medio camino, que es la única, 6 personas pudieron estar temporariamente. Lo que logramos que las personas puedan estar en una casa, elegir qué comer, a quién llevar de su círculo. Actualmente viven 5, y otras 6 han pasado y ahora viven en otros lugares. Se ha trabajado con buenos resultados, y con un equipo que trabaja en ese lugar, pero que no está las 24 horas sino que supervisa», detalla.

Hoy, en el Hospital Escuela hay 60 camas ocupadas. Y Gieco señala que el 60% hace más de tres meses que está internado. «El 60% son personas internadas que no tienen otro lugar donde estar. Están compensados. Además, hay 8 personas que están cumpliendo penas, que son personas inimputables», cuenta.

-¿Sentís que ya la tarea está cumplida y queres dejar la dirección?

-Hay mucho por hacer, por mejorar. Yo elijo hoy seguir acompañando pero no como director, sino como secretario técnico. Entiendo que hemos pasado una pandemia y eso dejó resabios. Cambiar la posta es necesario.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora

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