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El cura de los pobres abandona el Volcadero

El cura Ricardo Alberto López deja de ser párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, en barrio La Floresta, y así, también deja de atender esa amplia geografía que va desde barrio Antártida Argentina hasta San Martín, toda la jurisdicción del Volcadero. Había llegado allí tras una conmoción: en 2015, luego de que el anterior párroco, Gustavo Mendoza, anunciara a sus feligreses, luego de concluida la misa, que dejaba el sacerdocio porque se había enamorado.

Ahora, en medio de las designaciones, traslados y reubicación del clero que se da cada final de año, el arzobispo Juan Alberto Puiggari resolvió enviarlo como residente a la parroquia Santa Ana, de Viale. «El obispo dispuso de cambios. La idea es que por un tiempo descanse de tareas y obras.  Ya estuve 7 años en Guadalupe. Estoy bien y la comunidad también. Siempre los cambios ayudan a crecer», dice.

Pero con su partida,  deja atrás una vasta tarea social en una importante franja de la ciudad.

La más urgente, el sostenimiento del comedor comunitario de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, que en 2020, en medio de la etapa más crítica de la pandemia y del aislamiento, estuvo a punto de sucumbir por la alta demanda y la escasez de insumos.

El comedor comunitario de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe atiende a una población creciente de los barrios Humito, Mosconi, Alloatti, San Martín, Antártida Argentina, Cáritas, Los Hornos y La Floreta.

«Somos de los pocos comedores comunitarios que hay en la ciudad. Este comedor tiene 20 años. Nació con la crisis de 2001. Antes trabajábamos más: teníamos 2 merenderos, que hemos cerrado», contó alguna vez el cura Ricardo López, párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, asesor de la Pastoral Social. Lo dice con pesar: la demanda de comensales aumenta, pero los recursos son escasos.

En medio de la pobreza crece el consumo de drogas, el otro flagelo que castiga a los pobres, sobre todo a los jóvenes.

«Hay que convivir. Nosotros tenemos como lema ´aceptar la vida como viene´. Sin prejuicios, sin condena, sin rechazo. Claro que es muy difícil aceptar la vida como venga. A veces, han roto vínculos con sus familias, hay mucha violencia. A veces están sobrepasados de consumo, y entonces es difícil entablar un diálogo. Pero aceptamos la vida como viene», ha dicho el sacerdote al respecto.

En junio último, José María del Corral, el amigo personal del papa Francisco, a quien el Pontífice puso al frente de la fundación Scholas Ocurrentes,  estuvo  en Paraná para divulgar la iniciativa del Pontífice sobre la necesidad de aplicar cambios en educación, estimulando a los jóvenes al  deporte, la prevención de adicciones y actividades artísticas. Durante su estadía, además, recorrió la Escuela Los Nazarenos, del barrio San Martín. La escuela debe su nombre a Nazareno, un joven del barrio que perdió a sus padres en la zona del Volcadero, donde se asienta la institución. La recorrida fue en compañía del párroco de Nuestra Señora de Guadalupe, Ricardo López.

El 1° de mayo de 2019 le tocó celebrar la misa en la Iglesia Catedral por el Día del Trabajador. Ese día se despachó contra la perpetuación de los planes sociales.

“No sé si es lo políticamente correcto. Es un tema que se habla, que se sabe”, explicó después el tono de su homilía. “Uno no está en contra de los planes sociales. Al contrario, uno quiere que haya más trabajo digno. La verdad es que una persona no puede  estar siempre dependiendo de otro”, señaló entonces.

 

Los cambios

El cambio del cura López, que deja La Floresta y residirá en Viale, es parte de otras designaciones y traslados dentro del cero que resolvió la curia.

Como párroco de la comunidad de San Cipriano y San Francisco Javier, de Diamante, irá Eduardo Jacob.
-Como párroco de la comunidad de Nuestra Señora de Guadalupe, en Paraná,  Miguel García.
-Como párroco de la comunidad de Nuestra Señora de Pompeya, en Paraná,  José María Zanuttini.
-Como párroco de la comunidad de Cristo Rey, en Sauce de Luna,  Ariel Parise.

-Commo vicario de la parroquia Nuestra Señora de Luján, en Paraná,  Emanuel del Castillo.
-Como vicario de la parroquia Nuestra Señora de La Paz, en La Paz,  Gustavo Olmo.
-Como vicario de la parroquia San Cipriano y San Francisco Javier, en Diamante,  Claudio Masutti.

El arzobispo ha fijado la residencia de:
-El sacerdote Fabián Castro en la parroquia San Miguel Arcángel, en Paraná, y a cargo del proyecto de informatización de las parroquias.
-Ricardo López en la parroquia Santa Ana, en Viale.

Finalmente el arzobispo ha adscrito al diácono Daniel Picoli a la Parroquia Cristo Peregrino y Santo Domingo de Guzmán, en Paraná, con responsabilidades pastorales en la capilla San Martín de Porres.

 

 

 

De la Redacción de  Entre Ríos Ahora

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