El cuerpo de un hombre, todavía sin identificar, fue hallado ayer al mediodía, durante un rastrillaje de buzos de la Prefectura Naval asistidos por perros de Bomberos, en la ribera del río Chubut, a unos 300 metros de la guardia del Pu Lof de la comunidad mapuche de Cushamen, donde hace 78 días desapareció Santiago Maldonado.
Según fuentes policiales, el cuerpo, que fue retirado anoche del Pu Lof tras el peritaje de rigor y trasladado a la morgue de Esquel, vestía ropas oscuras y tenía rastas en el pelo, por lo que se presume que podría tratarse del joven tatuador desaparecido el 1º de agosto. Aunque ni su familia, presente en el lugar, ni el juez federal interviniente, Gustavo Lleral, habían confirmado la identidad al cierre de esta edición.
“Por respeto a la familia, no puedo dar ningún tipo de dato. En cuanto podamos dar información más precisa lo haremos; mientras tanto, estamos trabajando y debemos tomar medidas urgentes”, dijo el magistrado a la salida de la morgue. Lleral estaba acompañado por Sergio Maldonado, hermano del tatuador.
Según informó en un comunicado la Fiscalía Federal de Esquel, el cuerpo fue encontrado boca abajo sobre ramas de sauces en la margen de la ribera más cercana a la ruta 40, a unos 300 metros de donde ocurrió la persecución entre efectivos de la fuerza y miembros de la comunidad mapuche.
El lugar del hallazgo ya había sido rastrillado el 18 de septiembre pasado, cuando el anterior juez de la causa dispuso su inspección con un megaoperativo partiendo de un kilómetro aguas arriba del lof hasta cubrir 6 kilómetros del curso de agua.
No obstante, en un informe adjuntado a la causa por parte de Prefectura Naval se recomendaba continuar con la búsqueda debido a la profusa vegetación.
Anoche, en un breve contacto con los medios de comunicación, el magistrado Lleral dijo que el rastrillaje de ayer había sido consensuado con la comunidad mapuche y que no fue necesario un gran operativo de seguridad.
Del rastrillaje, que comenzó a las 7 de la mañana, participaron además canes entrenados en seguimiento de rastros humanos en el agua provenientes de Bomberos Voluntarios.
“Fue una medida que se adoptó en reserva y con un compromiso de parte de las fuerzas que iban a intervenir, sin ningún tipo de armamento -dijo Lleral-. Esto se logró luego de un extenso diálogo, que todavía se mantiene con la comunidad”.
Fuente: La Nación
