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¿La marihuana puede ayudar a prevenir la demencia y el Alzheimer?

En los últimos años, la marihuana ha ido perdiendo su estigma. Aunque en muchos países todavía está penalizada, no son pocos los que legalizaron su consumo, tanto medicinal como recreativo. Y es que hoy en día, sus beneficios, probados científicamente, están más a la vista que los daños que por décadas se le han adjudicado.

Nikki Furrer, abogada estadounidense y cultivadora profesional, es la directora de Cannabis en Fleur, donde desarrolla nuevas variedades y productos de cannabis pero con una particularidad: su investigación está orientada específicamente para las mujeres.

En su nuevo libro editado por Ariel, Guía del cannabis para la mujer, Furrer desmitifica los distintos tipos de consumo de marihuana y le acerca a las lectoras las herramientas para que se zambullan de lleno en este diverso mundo según sus necesidades, aunque sin jerarquizarlas. No importa si es para reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio, calmar fuertes dolores, prevenir la demencia y el Alzheimer, o bien para simplemente “colocarse como una dama” y sucumbir a un ataque de risa.

¿La marihuana solo se fuma? ¿Qué beneficios tienen los aceites, las cremas y los comestibles? ¿Cómo elegir la mejor manera de consumir cannabis para cada necesidad? ¿Qué sepa se usa para cada cosa? ¿Cuáles son sus riesgos? ¿Por qué nos hace sentir más felices? En su Guía del cannabis para la mujer, Furrer plasma su vasta experiencia como consumidora tanto como cultivadora para responder todas estas preguntas y darle a las lectoras un espacio seguro para probar sin miedos ni prejuicios.

“Guía del cannabis para la mujer” (fragmento)

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Cannabis para combatir el envejecimiento

Un grupo de amigas de la universidad de mi madre fue a Colorado a celebrar su cumpleaños 70 el 20 de abril, el día oficial de la marihuana. Fueron a drogarse y divertirse. Se quedaron en la casa de una nieta y viajaron en Uber al dispensario para comprar brownies, caramelos y porros prearmados. Antes de que se fueran, busqué en Internet un dispensario limpio y exclusivo que estaba ubicado a pocos kilómetros de la casa de la nieta.

«10 miligramos de comestibles, no más. No coman otro por cuarenta y cinco minutos.» Un par de señoras lo anotaron. Otras se miraron entre ellas, y ahí supe que había encontrado a mis alborotadoras. «Lo digo en serio. 10 miligramos. Si no me hacen caso, se van a arrepentir.»

Traté de ponerme dura. «Y nada de alcohol. De ningún tipo. Eso incluye el vino.» Más miradas rápidas. «No pueden emborracharse y drogarse al mismo tiempo. Los universitarios lo han intentado y han fracasado durante décadas. Ustedes no son más fuertes que ellos. Solo marihuana, señoras.»

Las señoras fueron a las montañas, se drogaron y pasaron un muy buen rato. Dos de ellas compraron una botella de vino y vomitaron después de tomar una copa mientras fumaban un porro. Todas ellas infringieron las leyes federales cuando se llevaron de contrabando cremas tópicas en sus valijas.

Y no están solas. Las personas mayores están probando la marihuana, como medicina y por diversión, en cantidades récord.

Algunas buenas noticias para aquellas de nosotras cuyos años de adolescencia ya son un recuerdo lejano: la investigación indica, con bastante claridad, que el cannabis es excelente para cerebros viejos y no tanto para los jóvenes. El cerebro se sigue desarrollando y haciéndose más inteligente hasta los veintitantos años. Todos los días, neuronas, nervios y otras piezas importantes del cerebro generan conexiones para transformarlo en un músculo completamente desarrollado.

Nikki Furrer es la directora de Cannabis en Fleur, donde desarrolla nuevas variedades y productos de cannabis específicamente para mujeres.Nikki Furrer es la directora de Cannabis en Fleur, donde desarrolla nuevas variedades y productos de cannabis específicamente para mujeres.

Cuando un adolescente fuma marihuana, el cerebro abandona las conexiones que iba a hacer ese día para volverse más inteligente y fuerte. Cuando los adolescentes se vuelven consumidores diarios de marihuana, sufren después como adultos. Tienen menos desarrollo emocional, menos inteligencia, menos motivación: el típico estereotipo del fumado.

Pero si ahora tenés más de 40 años, tu cerebro está completamente desarrollado y el foco debe estar puesto en proteger y preservar tu cerebro para que funcione del modo que deseás por el mayor tiempo posible.

El cannabis es un antioxidante potente y reduce la placa que se acumula en el cerebro y causa demencia. También reduce el estrés y la inflamación, que son los principales factores del envejecimiento y el deterioro. También un neuroprotector, lo que significa que protege el cerebro contra disfunciones cognitivas, como la demencia y el Alzheimer. Los ratones más viejos han mostrado mejoras en la memoria y el aprendizaje con cannabis.

Mientras que estamos colocadas, perdemos la función de la memoria a corto plazo pero, una vez que bajamos, el cannabis la fortalece. El cannabis puede ayudar a prevenir el desarrollo de demencia y también puede ayudar a reducir los efectos y los síntomas de la demencia como la agitación y los problemas de comportamiento. Algunos de los resultados más emocionantes sobre cannabis medicinal se han obtenido en pacientes con demencia, porque su transformación es rápida y dramática.

Cannabis para bajar de peso

Cuando me mudé a Denver, hace ya varios años, sucedieron dos cosas. Comencé a consumir marihuana medicinal por primera vez y comencé a perder peso. No me di cuenta de que el cannabis era la razón por la que de repente entraba en mis jeans de la universidad; solo pensé que se debía a la altitud y a mi nuevo pasatiempo: el senderismo.

Pero luego me mudé a Illinois y no tuve más acceso al cannabis medicinal, solamente al recreativo. Aumenté de peso como si no hubiera mañana. Culpé a la falta de montañas y tiré los jeans de la universidad a la basura. El cuerpo me empezó a doler más, así que dejé de hacer ejercicio. Tenía hambre todo el tiempo y necesitaba más comida para pasar el día.

Después me fracturé la columna. Hacer ejercicio ya no era una opción porque ni siquiera podía estar parada sin sentir dolor. Como me sentía tan mal, comía lo que quería cuando quería. Mi peso se disparó y alcanzó un nuevo récord. No podía caminar ni un kilómetro y medio sin sentir espasmos musculares en mi espalda y cadera.

Según afirma la autora, la marihuana ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio, además de prevenir la demencia y el Alzheimer.Según afirma la autora, la marihuana ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, la depresión y el insomnio, además de prevenir la demencia y el Alzheimer.

Ojalá pudiera decir que estuve internamente motivada para ponerme en forma y sentirme mejor, pero no lo estuve. Simplemente obtuve mi tarjeta de paciente de marihuana medicinal de Illinois y volví a tener acceso a ella. Fui al dispensario, compré unas flores, las fumé y de inmediato me sentí mejor. La depresión desapareció.

Finalmente, me sentí lista para hacer el trabajo de ponerme en forma. Después de esa primera caminata, llegué a casa y me acosté en el piso del living y lloré por el dolor punzante en mi cadera y espalda. Durante semanas, salí todos los días y caminé hasta que no podía soportar más el dolor. La primera vez que completé una clase de yoga para principiantes estuve dolorida durante una semana.

Cuando estoy en forma, puedo nadar un kilómetro y medio en menos de treinta minutos, por lo que gemir y caminar lentamente por la vereda durante menos de seis cuadras fue humillante. Si no encontraba la motivación para salir, fumaba un porro y me forzaba a salir por la puerta.

Después de un mes de ejercicio agotador, perdí 5 kilos. Comía todo lo que tenía ganas de comer, pero estaba perdiendo peso. Había leído algunos estudios sobre los efectos de la marihuana en la pérdida de peso, así que decidí realizar un experimento conmigo misma. Diseñé mi propia dieta canábica. Dosis diarias de cannabis, 1200 calorías al día (sin restricciones alimentarias), un paseo de 30 minutos con el perro y 30 minutos de yoga al día. Mucha agua y sueño. Establecí mis metas diarias en mi Fitbit (una pulsera que registra mi actividad física), me abastecí de aceite de cannabis, comencé a contar calorías y dejé que pasaran seis meses. Perdí 25 kilos.

No voy a mentir, era malísimo. A menudo tenía hambre. Hubo días en que hice trampa. A veces no iba a una fiesta porque sabía que, si iba, comería. Soñaba con carbohidratos. Pero pude mantenerme en el límite de calorías la mayoría de los días. Comía toda la proteína y fibra que podía, pero algunos días (como Halloween), comía 1200 calorías de dulces.

Odio las dietas. Odio contar calorías, odio los negocios de Weight Watchers. Me burlo de los veganos. Le pongo manteca a todo. Y si no se me permite comer un alimento en particular, ese es el único alimento que quiero. Si paso hambre por más de una hora, me enojo y culpo al patriarcado por sentirme famélica, comienzo a postear citas de Naomi Wolf de El mito de la belleza en redes sociales. Sin cannabis, no puedo lograr las 1200 calorías al día sin volverme loca.

Me agarra demasiada hambre, me pongo de muy mal humor, demasiado mezquina. Cuando consumo suficiente cannabis, estoy emocionalmente más estable y equilibrada. Las cosas no me molestan tanto y puedo vivir con hambre. Todos conocemos los antojos inducidos por la marihuana. La marihuana es un estimulante del apetito y si querés que tus invitados a la cena deliren con tu comida, pasá un porro alrededor de la mesa antes del primer plato.

Los estudios han demostrado que los consumidores de marihuana comen varios cientos de calorías por día más que los que no la consumen. Están disfrutando de su comida y están comiendo más. Pero los consumidores de cannabis también tienen índices de masa corporal (IMC) más bajos y cinturas más pequeñas, a pesar de sus comidas extragrandes. Y aunque yo siempre había tenido un estilo de vida hippie, nunca había adquirido ese cuerpo hippie largo y delgado. Pero cuando comencé a utilizar cannabis rico en CBD, perdí peso. El CBD (cannabidiol) es un supresor del apetito.

Con una dosis diaria de aceite de cannabis por la mañana, puedo controlar lo que me llevo a la boca y seguir la dieta y el plan de ejercicios. (En general, me paso 0,1 mililitros de aceite en las encías. Ya veremos por qué esta es la mejor manera de hacerlo.) Cuando quiero comer más allá de mi límite de calorías, hago una inhalación rápida y en unos minutos tengo la fuerza de voluntad para resistirme a la comida.

Hasta ahora, la dieta del cannabis es un éxito total. He perdido peso, puedo comer lo que quiera, siempre y cuando no supere las 1200 calorías, y todo sabe bien. Puedo caminar de nuevo, puedo hacer la plancha durante varios minutos y no me duele la espalda.

El comité olímpico decidió que los atletas pueden consumir marihuana, pero no el día que compiten. No consideran que la marihuana sea una droga que mejore el rendimiento. Sin embargo, muchos atletas, incluidos algunos jugadores profesionales, usan el cannabis como una droga de recuperación de rendimiento para sanar sus cuerpos después de entrenar y competir.

¿Cómo se relaciona el cannabis con la belleza? ¿Es la marihuana un producto "antiage"? ¿Cómo se relaciona el cannabis con la belleza? ¿Es la marihuana un producto “antiage”?

Cannabis para la belleza

Hace un par de años, entré rengueando al estudio de yoga; un latigazo de dolor en los nervios se disparaba desde mi cadera hasta mi rodilla. Había pasado una semana sentada en mi escritorio sin parar trabajando con una fecha límite. Mis hombros se hundieron en mis oídos y mi postura jorobada hizo que mi instructora se estremeciera.

Desplegué mi colchoneta y pasé 90 minutos estirándome y liberando mi respiración y mis músculos. Las articulaciones explotaron y se agrietaron a medida que avanzaba en los movimientos. Cuando me volví a poner los zapatos, el dolor en los nervios se había ido; mi espalda se sentía floja, y mi cabeza, cuello y hombros estaban otra vez alineados. A la salida, le sonreí a la instructora. «Ah, eso se ve mucho mejor», dijo.

El pelo y el maquillaje pueden ayudar, pero una cadena de cosméticos como Sephora no puede darnos el tipo de belleza que proviene de la salud, la relajación y la felicidad. Hay un motivo por el cual todas usamos nuestras fotos de vacaciones para nuestros perfiles en redes sociales: siempre nos vemos muy bien en vacaciones. El cuello y los hombros están relajados, el ceño fruncido se suaviza y las únicas líneas que vemos son las de la sonrisa. Estar colocadas nos lleva a ese mismo estado de relajación sin necesidad de un pasaje de avión, y se nota en nuestros rostros.

Inhalar o comer cannabis marca una gran diferencia en nuestra apariencia. No podemos esconder el estrés y el dolor. Aparecen en nuestra postura y en nuestras expresiones faciales. Pero el cannabis reduce el dolor y el estrés, y mejora nuestro estado de ánimo, lo que desfrunce el ceño.

Cuando comenzamos a consumir cannabis, también empezamos a dormir mejor. Dormir lo necesario es lo mejor que podemos hacer cuando queremos mejorar nuestra apariencia, y la marihuana nos ayuda a dormir lo suficiente como para que a la mañana estemos bien descansadas y listas para afrontar un nuevo día. El sueño reparador de la noche y las exquisitas siestas durante el día eliminan las ojeras y las bolsas, refrescan la piel y nos brindan el descanso que el resto de nuestro cuerpo necesita para funcionar en su máxima capacidad.

Mi Fitbit lleva registro de mi sueño. Me dice cuánto dormí y qué tan inquieta estuve. En los gráficos nocturnos, puedo ver fácilmente un patrón, una gran diferencia entre las noches en las que tomo una dosis de cannabis y aquellas en las que no lo hago. En las de cannabis me duermo más rápido, duermo más y paso menos tiempo moviéndome y dando vueltas.

Pero eso no es todo. Las afecciones graves de la piel, como el eczema y la psoriasis, responden bien al cannabis aplicado directamente sobre la piel, y la piel sana se ve más joven y más hermosa con productos que contienen infusión de cannabis. Los compuestos medicinales de cannabis son antiinflamatorios, antibacterianos, antifúngicos y antiage.

Cuando incorporamos cannabis a una crema o aceite, y la usamos como humectante diario, brillamos en cuestión de días. El acné, el enrojecimiento y la sequedad de la piel desaparecen, y las líneas finas de expresión se vuelven más finas.

Podemos incorporar cannabis a lociones, aceites y cremas para pies, piernas, rodillas, codos, espalda, hombros, cuello y manos. Estos aceites, lociones y cremas van a aliviar el dolor y la inflamación, y nos harán brillar de la cabeza a los pies.

Después de un día largo con zapatos incómodos, remojo mis pies en un baño caliente y luego los unto con una crema espesa con infusión de cannabis. Me pongo las medias y me voy a la cama. A la mañana, mis pies están suaves, mis tobillos no están hinchados y los dedos no me duelen. La llamé crema «Truco de magia» porque me voy a dormir con los pies de una de 25 que está lista para trabajar doble turno y después ir a bailar.

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