Esta noche se paraliza el país. Se cierran los kioscos y en la calle no queda nadie. En el supermercado de la esquina no hay colas y el colectivo va vacío. Todo esto durante una hora y media, equivalente a lo que dura un partido de fútbol. El deporte que en la sociedad Argentina es capaz de generar todas estas cosas.
¿Y qué pasa en esa hora y media? Aveces no es tan fácil de explicar con simples palabras. Pero detrás de un “partidito” se esconden muchas cosas. Euforia, Ansiedad, tristeza y tal vez alegría. Un tobogán humano, con subidas y bajadas. Además, es la escusa perfecta para juntarte y emborracharte con tus amigos. Ir a un bar o faltar a una reunión familiar donde aveces tus suegros están de más.
Resumiendo, Argentina visitará en la altura de Quito a Ecuador, con la presión de que si no gana se queda afuera del mundial. Imagínense a Argentina sin un mundial, se acabaría todo. Ese mes fantástico donde las escusas aparecen más seguido. Donde todo es alegría. Donde aparece el carnaval en pleno invierno. Donde los problemas quedan de lado y nos enfocamos en el trabajo para salir cinco minutos antes y llegar al partido.
No quiero hablar de tácticas ni esquemas porque eso aburre, lo único que pido es que gane la Selección y todo el año es carnaval.
