Fue encontrado culpable de los delitos de abuso sexual contra seminaristas en la provincia de Santa Cruz, en los que fue un juicio histórico en la provincia. Su mentor, el excura Agustín Rosa Torino había sido condenado por los mismos crímenes en la provincia de Salta.
En horas del mediodía de este miércoles, los jueces Joaquín Cabral, Jorge Yance y Eduardo López, de la Cámara Oral de Río Gallegos, condenaron al cura Nicolás Parma a 17 años de prisión efectiva por encontrarlo responsable de los delitos de abuso simple y abuso sexual gravemente ultrajante. La fiscalía había solicitado 20 años y la defensa del cura la absolución.
Los jueces dieron lugar a la lectura de la sentencia por un zoom en donde se encontraron víctimas y victimarios. Esta situación fue denunciada y repudiada desde la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos.
Parma, quien se hacía llamar “Padre Felipe”, pertenecía a la Congregación “Hijos de Jesús San Juan Bautista”, fundada en 2006 en Salta por el cura Agustín Rosa Torino, condenado en julio pasado a 12 años de prisión por el mismo delito.
Los delitos por los que se lo condenó, ocurrieron entre los años 2009 y 2012. Yair Gyurkovitz y Jonatan Alustiza fueron los denunciantes que, a su vez, eran sobrevivientes de Rosa Torino.
Pocas veces ha sucedido que sobrevivientes hayan denunciado a dos integrantes de la Iglesia católica por abuso y que hayan sido condenados en el lapso de dos meses.
Uno de los denunciantes sostuvo, en diálogo con medios locales, que fue “sacarse una mochila de encima. Pude contar todo. No me guardé nada”, y dijo que “Todo es por los chicos que estamos salvando, él abusó de mí, de Yair y de algunos más”.
