El triste hecho sucedió en la tarde-noche del lunes en la calle Liniers al 2200 cuando la víctima se bajó del auto para comprar en la granja y al observar que no había personas dejó a su hijo de cuatro años atado en la silla de seguridad.
Solo fueron segundos. Cuando volvió al auto, ladrones lo sorprendieron a punta de pistola y lo amenazaron para robarle el vehículo.
Sin embargo eso no pasó ya que el hombre recibió dos disparos: uno en el tórax y otro en el cuello. Por las heridas de gravedad, llegó muerto al Hospital Evita de Lanús.
Gracias a las cámaras de seguridad se estableció que los delincuentes escaparon en un auto Ford Ka marrón, con el que habían llegado a la escena.
Los investigadores toman como principal hipótesis que existió un forcejeo entre los agresores y la víctima ya que dentro del auto en cuestión hallaron su billetera y dinero.
“Intentó cubrir la vida de su hijo y perdió la de él”, explicó un vecino del lugar que presenció el hecho.
Esta misma persona relató como estaba el hijo del hombre durante el ataque: “Ver al nene llorar desconsoladamente fue tremendo. Estaba en un estado de shock impresionante”.
