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La canasta básica dejó atrás el mínimo en el Estado

El desbarajuste en la economía que siguió al resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) del domingo 13 derivó en un fuerte impacto negativo sobre el salario.

Luego del revés que sufrió en las PASO, el Gobierno dispuso una devaluación del 18%, que impulsó un alza de todas las cotizaciones del dólar: el blue perforó los $700 (llegó a cotizar cerca de los $800). Paralelamente, como medida complementaria, el Banco Central ajustó la tasa de interés anual a 118%.

La inflación de julio fue del 6,3% y volvió a acelerarse luego de la baja en junio. En los últimos doce meses, llegó al 113,4%

En tanto, el costo de la canasta básica total (CBT), que además de alimentos reúne indumentaria y transporte, marcó un incremento de 6,7% en junio, por lo cual un grupo familiar necesitó contar con ingresos por $ 232.426 para no caer debajo de la línea de pobreza.

La devaluación del dólar afecta directamente a diferentes rubros que utilizan bienes o insumos importados. En el segmento de alimentos, por ejemplo, se ven impactados el café, las paltas, el cacao o las bananas. También las empresas advierten que suben los costos de algunos componentes o insumos que se adquieren en el exterior.

La misma dinámica se da en otros rubros con alta participación de partes o insumos importados, como los electrodomésticos, la electrónica y los productos tecnológicos, los productos de cosmética, los autos o las bicicletas. En comercios, se vio una inmediata remarcación de productos o freno en las ventas por la incertidumbre de los precios. En sitios de venta online, hubo ajustes de precios de entre el 10% y el 30% y muchas publicaciones fueron pausadas. Los combustibles y los pasajes al exterior, por ejemplo, son otros rubros que se verán afectados.

La corrida de precios de los últimos días -en las vidrieras de la Peatonal San Martín en Paraná buena parte de los comercios quitaron los precios de los productos- afectó fundamentalmente el bolsillo de los trabajadores.

Por eso, la Asociación Trabajadores del Estado (ATE) salió a pedir este miércoles una convocatoria “urgente” de la mesa paritaria salarial y además planteó al Gobierno la necesidad de instrumentar un “bono” para la contingencia.

Los salarios en la Administración Pública, luego de la paritaria de junio último, quedaron muy atrás del costo de la canasta básica que mide línea de pobreza, que hoy está en $232.426.

El mínimo garantizado en el escalafón general de la Administración Pública se ubica en $208.000, aunque quienes tienen una relación laboral precarizada a través de contratos de obra, el monto es mucho menor: $160.000.

En tanto, en el sector docente, el cargo testigo, el maestro de grado sin antigüedad, tiene un mínimo garantizado de $180.865.

“Si bien hasta la última paritaria el acuerdo supera la inflación, las remarcaciones de los últimos días produce un deterioro en los ingresos de los trabajadores, en esta escalada nuevamente los salarios pierden poder de compra”, planteó ATE. Y agregó: “Es necesario que el Ejecutivo provincial reaccione con un bono salarial que compense estas subas, y en la paritaria, rediscutir los acuerdos alcanzados en un contexto radicalmente distinto”.

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora

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